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precisamente por ser tan inestable
se disfruta tanto cuando llega,
si se quiere, claro.
sólo hay que darse cuenta
¿tan difícil es?
mira atento
¡está ahí!
esperando que la abraces...

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incertidumbre

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Señales contradictorias
procedentes de un mismo cuerpo
(tu cuerpo).
Pensamientos confusos
residentes en una misma mente
(mi mente).
Incertidumbre continua
que turba la poca claridad que parecía quedar.
Y la espera.
Siempre la espera que no ha de llevar a ninguna parte
pero a ninguna parte siempre se la espera
y la esperanza vive para ello
aunque turbada por su destructiva relación con la incertidumbre,
relación cruel pero ineludible,
como tantas otras...
Así la generé
y así ha de perdurar
hasta nueva orden.
La incertidumbre
que me va consumiendo.
La esperanza
que me regenera al mismo tiempo.
Tensiones simultáneas
que se atraen y se repelen.
Y la espera.
Siempre la espera que no ha de llevar a ninguna parte
pero a ninguna parte siempre se la espera.
Y a ti,
también a ti,
a vos.
Pero, en realidad,
¿qué espero?
Es el esperar, sencillamente,
pues cobra sentido por sí mismo,
no hay más.
Pero,
¿qué sentido?
El de la propia espera...

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parada

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No sabías a lo que venías,
creías que sí
pero era todo mentira,
pura ilusión.
Te enfrentaste a la realidad
como si el tiempo no importara,
como si todo estuviera parado
y tu futuro no existiera,
como si esto no fuera más que un juego
y todo tuviera posibilidad de rectificación,
sin pararte a pensar demasiado las cosas,
no eres de darle vueltas a la cabeza.
Duermes tranquila
y vas decidiendo día a día,
según las circunstancias,
según camina la vida.
Y los días te producen llantos
y te dan alegrías,
pero qué importa
si tú sigues viva.
Dejas que las decisiones se tomen solas,
que la vida actúe por ti.
Te dejas llevar
y aquí estás,
sentada,
escribiendo,
preguntándote:
¿y qué tiene de malo todo eso?

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